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sábado, 7 de marzo de 2015

Estado Islámico destruye piezas de 3 mil años de antigüedad



El grupo yihadista Estado Islámico (EI) destruyó hoy la milenaria ciudad de Hatra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que es ya el tercer sitio arqueológico atacado por los radicales en el norte de Irak desde finales de febrero.
Las ruinas de Hatra, de hace más de 2.000 años, se encuentran en la provincia septentrional de Nínive, en manos de los extremistas desde junio de 2014 y escenario de las otras agresiones contra el patrimonio iraquí.
El gobernador de la zona de Hatra, donde se ubica el área arqueológica del mismo nombre, Ali Saleh, dijo a Efe que el EI comenzó su ofensiva después del mediodía.
“Los yihadistas han arrasado -explicó- con grandes buldócer monumentos arqueológicos, como el palacio, el templo y la muralla interna de Hatra”, a unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Mosul, capital de Nínive.
El Ministerio iraquí de Turismo y Antigüedades denunció por su parte que la ciudad fue saqueada y destruida, aunque no precisó la magnitud de los estragos causados.
“Pese a las advertencias de que los crímenes del EI iban a proseguir en otros lugares arqueológicos, la respuesta no ha estado al nivel requerido”, lamentó la nota de las autoridades iraquíes, que criticaron “la lentitud del respaldo de la comunidad internacional”.
Este ataque contra Hatra se produce después de que el jueves los yihadistas arrasaran la ciudad asiria de Nimrud, y una semana antes destruyeran el Museo de la Civilización de Mosul, todos ellos en Nínive.

Hatra, inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1985, es una gran ciudad fortificada situada en la zona de influencia del Imperio Parto, que resistió dos veces el asalto de los romanos gracias a su muralla provista de torres.
No ha resistido ahora el ataque del EI, que controla la zona de Hatra desde el pasado junio y que ha convertido el área en una zona de entrenamiento.
Desde entonces, se desconoce el paradero de la mayoría de valiosas estatuas que adornaban las paredes de los templos, según el gobernador Saleh, que apuntó que puede que los yihadistas las robaran antes de destruir amplias superficies de la ciudad.
Antes de la llegada de los extremistas, el sitio histórico ya había sido también saqueado y estaba bastante descuidado por las autoridades.
El investigador de arqueología antigua, Mahmud al Doleimi, recordó en declaraciones a Efe que a comienzos de la década de los setenta fue robado el busto del rey Senotroq.
Ese monarca fue uno de los de mayor fama entre los gobernantes que dejaron una clara huella en la construcción y prosperidad de Hatra, en árabe Al Hadr.
A inicios de los ochenta, desconocidos robaron tres importantes estatuas que representaban a personalidades de Estado, y en el año 2003, durante la invasión estadounidense a Irak, desaparecieron otras piezas.
Al Doleimi se quejó de que la zona carecía de suficientes cámaras de vigilancia, mientras que un estudio hecho por la Universidad de Mosul en el año 2010 ya advirtió de que Hatra estaba amenazada con ser sepultada por la arena debido al avance del desierto.
Bajo las dunas hay de hecho todavía muchos tesoros. Según Al Doleimi, las excavaciones arqueológicas efectuadas en la zona, entre los años 1951 y 1995, no han cubierto el 7% del total de la superficie.
La Unesco destaca que los vestigios de la ciudad de Hatra, y más concretamente los de sus templos de arquitectura grecorromana con ornamentaciones orientales, testimonian la grandeza de esa civilización.
Hatra, que se cree fue fundada a principios del siglo II a.C., poseía un sofisticado sistema de baños con mosaicos y relieves, y una arquitectura que la situaban a la altura, según algunos expertos, de la antigua Roma.
Toda esta historia no frena a los extremistas del EI, que justifican sus actos de vandalismo asegurando que los pueblos de la antigüedad adoraban a ídolos “en vez de a Alá”. EFE

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